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Reavivar el celo misionero: la labor de las Obras Misionales Pontificias con los seminaristas

27 jul, 11:26 p. m.
El 5 de febrero, el Padre Anthony Andreassi, C.O., Director Nacional de la Obra de la Propagación de la Fe, visitó el Seminario de San Pablo en St. Paul y Minneapolis, Minnesota, para dirigirse a unos 90 seminaristas de 20 diócesis del Medio Oeste.

El 5 de febrero, el Padre Anthony Andreassi, C.O., Director Nacional de la Obra de la Propagación de la Fe, visitó el Seminario de San Pablo en St. Paul y Minneapolis, Minnesota, para dirigirse a unos 90 seminaristas de 20 diócesis del Medio Oeste. Esta visita sigue a una intervención similar realizada el 29 de enero en el Seminario de San Vicente en Latrobe, Pensilvania, donde habló ante una audiencia de 80 personas, incluidos seminaristas de África, China y Vietnam que se preparan para servir tanto en diócesis estadounidenses como en sus países de origen.

Estas visitas forman parte de una iniciativa más amplia de las Obras Misionales Pontificias (OMP) para reavivar la conciencia misionera entre sacerdotes, diáconos y seminaristas. Con la aprobación de su Junta Directiva, las OMP han hecho de este trabajo una prioridad estratégica, buscando acercarse a los seminarios para asegurar que los futuros pastores comprendan el papel fundamental de la Iglesia en los Estados Unidos en el sostenimiento de las misiones, así como el trabajo esencial de las OMP en el sostenimiento de la Iglesia en territorios de misión.

El Padre Joseph Taphorn, rector del Seminario de San Pablo, presentó al Padre Andreassi destacando la importancia del vínculo del seminario con las misiones, particularmente a través del legado del arzobispo Fulton Sheen. “Si lo llamo nuestro exalumno más famoso, es porque fue una de las voces misioneras más grandes de la Iglesia en Estados Unidos. Inspiró a generaciones de católicos a apoyar las misiones, y su legado continúa dando forma a nuestra labor misionera hoy”, señaló el Padre Taphorn.

La intervención del Padre Andreassi en el Seminario de San Pablo no solo ofreció una perspectiva histórica sobre los esfuerzos de evangelización de la Iglesia, sino que también subrayó la realidad contemporánea del trabajo misionero. Un tema central de su exposición fue el legado del arzobispo Fulton J. Sheen—quizás el exalumno más reconocido del seminario—quien alguna vez fue director nacional de la Obra de la Propagación de la Fe.

“La Iglesia en Estados Unidos tiene una larga historia de generosidad misionera, y el arzobispo Fulton Sheen estuvo a la vanguardia de ese movimiento. Su visión y liderazgo inspiraron a innumerables católicos a apoyar las misiones, y ese mismo espíritu es el que hoy buscamos reavivar”, afirmó el Padre Andreassi. Bajo la dirección de Sheen, la Obra de la Propagación de la Fe recaudaba el equivalente a aproximadamente 80 millones de dólares anuales en cifras actuales, una suma considerablemente mayor que los 25 millones que se recolectan hoy.

Otro punto clave abordado por el Padre Andreassi fue la dimensión global de la misión de la Iglesia. Compartió una reflexión del Cardenal Luis Antonio Tagle, Pro-Prefecto del Dicasterio para la Evangelización, sobre el enorme desafío que representa la evangelización en Asia, donde los católicos representan solo el 4% de los 4.700 millones de habitantes del continente. La mitad de ellos vive en Filipinas, lo que subraya la urgente necesidad de una presencia misionera en Asia y otros territorios de misión.

Además de estas perspectivas históricas y globales, el Padre Andreassi habló sobre la importancia vital del Domingo Mundial de las Misiones, una colecta mandatada por el Papa que se celebra el penúltimo domingo de octubre. Esta iniciativa global apoya el Fondo de Solidaridad Universal, que brinda ayuda a diócesis en territorios de misión mediante financiamiento para seminarios, programas de catequesis y proyectos pastorales.

“El Domingo Mundial de las Misiones nos recuerda que el mandato misionero de la Iglesia no es opcional: es esencial. Incluso las comunidades católicas más pobres, como las de Malawi, contribuyen al fondo de solidaridad universal porque saben que el Evangelio debe ser compartido con todos”, señaló.

Este esfuerzo de acercamiento a los seminarios cuenta con el respaldo del Nuncio Apostólico en los Estados Unidos, quien ha emitido una carta formal de apoyo a los rectores, animándolos a invitar a las OMP a hablar con sus estudiantes. La próxima visita en esta iniciativa será al Seminario de Santa María en Cleveland, a finales de este invierno.

Al involucrar a los seminaristas durante su formación, las Obras Misionales Pontificias buscan inculcar un compromiso duradero con la obra misionera de la Iglesia. “Como futuros pastores, tendrán la responsabilidad de cultivar un corazón misionero en sus parroquias. Las misiones no son una preocupación lejana; están en el núcleo mismo de nuestra fe, y cada parroquia tiene un papel que cumplir en su sostenimiento”, enfatizó el Padre Andreassi.

Las palabras del arzobispo Fulton Sheen siguen resonando: “El espíritu del sacerdocio es el espíritu de misión.” A través de esta renovada labor de sensibilización, las OMP están asegurando que ese espíritu permanezca vivo y activo en la próxima generación de sacerdotes.

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